Conocí a B cuando vivía en Londres a finales de 2018. B me encontró en un grupo de WhatsApp de mamás hispanohablentes que vivíamos en Londres y alrededores. Me contó que hacía mucho tiempo que estaba leyendo sobre crianza consciente y respetuosa, de maneras de criar distintas a lo “tradicional”. También que habían acudido a una logopeda de NHS (servicio de sanidad pública del Reino Unido) y había sido un desastre. La logopeda no había entendido para nada la situación de su pequeña y su familia, especialmente lo de hablar varias lenguas en casa. Solo valoraba el inglés y con una mirada muy reducida, basándose en las tablas de desarrollo del lenguaje y considerando todo lo demás como una desviación a la norma.
La primera vez que hablé con B fue por videollamada. Ahí ya tuvimos un primer contacto muy agradable, pues B confió y me contó las cosas que más le preocupaban del lenguaje y de la conducta de su hija, en aquel momento de unos 3 años y medio. Me contó también sus valores y creencias alrededor de la crianza y algunos planes que tenían para el futuro.
Vídeos para observar y valorar la comunicación mamá – hija
Aquel día le pedí que me mandara algún vídeo en que se viera a su pequeña haciendo alguna actividad con ella. Por ejemplo, alguna actividad cotidiana, jugando y mirando algún cuento. Ella me mandó un vídeo en que estaban haciendo un puzzle, luego comiendo y otro en la cocina. Con estos vídeos ya pude ver el lenguaje de la niña así como el tipo de interacción de la mamá con ella.
Además, le mandé un documento a la mamá con preguntas importantes para conocer cómo había ido la evolución de distintos aspectos como la audición, la introducción de la alimentación complementaria, cuándo aparecieron las primeras palabras, qué lenguas hablan en casa, cómo son las rutinas diarias, especialmente lo que hace referencia a quién acostumbra a estar con la niña, la escolarización, etc. Toda esta información es muy importante para mí para conocer aspectos que han podido interferir en el desarrollo del lenguaje y entender mejor el porqué del nivel de comunicación.
Los vídeos los transcribo. Cuando escribo todo lo que mamá e hija dicen y hacen, puedo ver perfectamente el lenguaje de ambas. Puedo hacer un análisis muy completo del nivel de lenguaje de la niña: cómo está con respecto a la pronunciación, el vocabulario, las frases, las lenguas que usa… Y el lenguaje que dirige la mamá: se puede ver claramente si hay equilibrio de turnos, si tiende a usar muchas preguntas, si espera a que su hija responda o tome su turno para seguir hablando…
Conductas de la comunicación mamá – hija a potenciar, ajustar y eliminar
Con este análisis, puedo ver lo que hace falta ajustar en la comunicación de la mamá para que está sea favorecedora y potenciadora de lenguaje. Como siempre comento, las mamás y papás usamos de manera natural desde que nuestros hijos/as nacen una serie de estrategias de comunicación que favorecen que estos/as adquieran y desarrollen el lenguaje. Lo hacemos de manera no consciente.
Por ejemplo, nuestro tono de voz es más elevado, imitamos los sonidos y balbuceos de nuestro bebé, le miramos a la cara y a los ojos, sonreímos, interpretamos lo que nos quiere decir con sus miradas, gestos, señalando, sus sonidos, vocalizaciones, balbuceos… Y sus primeras palabras. Las primeras palabras son mucho más que una palabra aislada, nos comunican un mensaje mucho más complejo. Y lo sabemos y respondemos como tal: hablando sobre lo que nos han dicho, devolviéndoles un modelo de lenguaje un poquito más elaborado, poniéndonos contentas de sus logros, disfrutando de esos momentos de comunicación.
También siempre digo que cuando llega ese día que ya detectamos que algo no está funcionando bien, que vemos que el lenguaje de nuestro hijo/a no se está desarrollando como esperábamos, bien porque lo comparamos con niños/as de su edad, porque nos lo han hecho notar, o sabemos que debería estar diciendo más palabras de las que dice, que su habla tendría que ser más clara… En ese momento empezamos a perder la naturalidad y la espontaneidad y vamos dejando de usar esas estrategias que eran favorecedoras de la comunicación para empezar a usar ciertas conductas que no lo son, al contrario, son limitantes y paralizadoras.
Por ejemplo, hacer demasiado preguntas a nuestro hijo/a, encadenadas, sin dejar suficientes espacios para que pueda coger su turno y hablar. Puede que nos avancemos a sus demandas, sin dejar que use su lenguaje, que solo cuando nuestro hijo/a señala con el dedo o hace un sonido ya le estamos dando lo que quiere, sin poner lenguaje. O empezamos a usar la corrección explícita, marcando cuando no ha dicho bien algo o le pedimos que repita con nosotras, palabras que seguramente todavía no es capaz de decir ni por repetición.
En resumen, lo que veo en los vídeos, de la interacción mamá – hijo/a es siempre lo mismo:
Hago consciente a la mamá de las conductas que están apareciendo en la comunicación, y de estas vemos
- las que son favorecedoras para que las siga haciendo, ahora sabiendo exactamente el porqué;
- las que no están favoreciendo la comunicación, para dejarlas de hacer;
- e introduzco algunas que no se están dando porque no les sale de manera natural y que van a ser positivas y marcar un cambio en la comunicación.
Entrevista por videollamada
Es en una nueva videollamada que nos vemos con la mamá y el papá si puede también para poder comentar todos estos aspectos. Por un lado, hablamos sobre dónde situamos el nivel de lenguaje del niño/a y, aunque sí que nos basemos en unas tablas de desarrollo las tomamos como guía, pero no como algo que tiene que ser de esa manera. Dejamos espacio para el ritmo particular de cada niño/a, entendiendo los porqués de ese nivel al comprender la historia evolutiva, como decía antes, de aspectos de audición, alimentación, escolarización, interacción con mamá y papá, lenguas que habla, etc.
Por otro lado, hablamos de todas esas conductas favorecedoras y no favorecedoras para poder entender los porqués de sus beneficios o inconvenientes, y establecer un “plan” para poner en marcha todo lo que sirve y descartar lo que no. Ese plan no es más que comprometerse a reservar momentos diarios de calidad con el niño/a, haciendo alguna actividad cotidiana, a través de los cuentos y de mirar cuentos, y usar de manera consciente todas esas estrategias favorecedoras de lenguaje habladas y eliminar aquellas que están limitando la comunicación.
En el caso de B y su hija, pude ver que la mamá hacía muchas preguntas y que no dejaba tiempo suficiente para que la niña respondiera.
Hacer demasiadas preguntas, encadenadas y sin dejar espacio o tiempo suficiente para responder puedo decir que se repite en una gran mayoría de casos. Todas las mamás que empiezan a preocuparse por el lenguaje de sus hijos/as, que saben que hay algo que no está funcionando como esperaban, pasan a hacer muchas preguntas. De alguna manera están intentando que sus hijos/as hablen y piensan que a través de preguntas lo conseguirán. Pero nada más lejos, en la mayoría de casos se obtiene lo contrario: que hablen menos y que se sientan interrogados. Además que la mayoría de las veces esas preguntas no son preguntas reales para obtener una información, sino que son preguntas que se responden con sí o no, que solo quieren testar el conocimiento del niño/a, que terminan con un ¿verdad?, lo que no deja espacio a ninguna respuesta. Los niños/as sienten que no necesitan responder a esas preguntas “vacías”.
Otra estrategia que di a B y que también puedo decir que la doy en el 100% de los casos es que siguiera la iniciativa de su hija. Las mamás que tienen un hijo/a con algún tipo de dificultad de lenguaje suelen empezar a querer hacer actividades dirigidas, a hacer “de maestra”, como si les tuvieran que enseñar algo. Con esta actitud, creen que tienen que proponer actividades educativas, por ejemplo a través de juegos educativos. Y, entonces, les van pidiendo a sus hijos/as que hagan ciertas cosas, les dirigen la actividad.
Sin embargo, lo que tenemos que hacer es justamente lo contrario. Debemos relajarnos y salir de ese papel de maestra, debemos conectar otras vez con el vínculo mamá – hijo/a y a partir de ahí disfrutar del momento. Toda esta actividad sí que es significativa para el niño/a, cosa que hace que el aprendizaje sea auténtico.
Te puedo decir que todas estas estrategias y ajustes son las que van saliendo repetidamente con todas las familias con quien trabajo. Se trata de que te hagas experta en la comunicación y el lenguaje entre tu hijo/a y tú para que entiendas por qué hacer esos ajustes.
Informe por escrito
Cuando terminamos la entrevista le mandé por escrito todas estas pautas trabajadas y B pudo empezar a hacer esos ajustes en su comunicación, día tras día. Al cabo de unos días (normalmente dejo entre una y dos semanas para que la mamá vaya implementando todas esas estrategias para valorar cómo está funcionando) volvimos a hablar para ver cómo se sentía ella, cómo veía a la niña, la evolución, las dudas que surgieran…
Evolución – seguimiento
Con B nos volvimos a ver al cabo de unos tres meses. B estaba contenta de la evolución, sobre todo de cómo ella iba gestionado la comunicación con las nuevas maneras de dirigirse a su hija y quería que volviera a valorar yo, para ver qué nuevos ajustes se podían hacer.
Lo que vi y transmití a B con los nuevos vídeos que me mandó fue lo siguiente. Por un lado, una satisfacción tan grande de ver como B estaba haciendo los ajustes, se notaba su compromiso completo de tener una comunicación respetuosa y efectiva con su hija. Ahora B, cuando se dirigía a su hija, se ponía a su altura y la miraba a los ojos y entonces se ponía a hablarle, le explicaba y anticipaba las cosas, los porqués de las cosas que hacían, buscando momentos de juego que a la niña le gustaran… Pude comparar las primeras transcripciones con estas y se veía un gran cambio, también en la manera de comunicarse de la niña.
Además, tuve el placer de conocer a B y a su hija en persona. En realidad, la primera entrevista después de los primeros vídeos la tuvimos presencial en un parque del sur de Londres, ya que este espacio nos quedaba a mitad de camino de nuestras casas. Fue un placer podernos ver y hablar sin una pantalla por delante. Pero en la mayoría de casos esto no es posible. Tengo familias que viven en muchos puntos del mundo: en distintos puntos de España, en el Reino Unido, en Francia, en Chile, en México… y contando.
La segunda vez que nos vimos para hablar de la segunda tanda de vídeos también fue en este parque y está vez vino la familia al completo: mamá, papá y la niña. Pude hablar con todos ellos y tuve una muy grata sorpresa de ver a la niña tan comunicativa conmigo, contándome muchas cosas, queriendo que la escuchara, etc. Una niña por tanto comunicativa y con muchas ganas de expresar sus intereses, la mejor base para que el desarrollo del lenguaje se de con éxito.
Otra vez, le mandé a la familia todo lo hablado por escrito para que siempre tuvieran donde consultar para ir haciendo esos cambios positivos en su comunicación.
Nuevo seguimiento
A finales de 2019, B volvió a consultar porque necesitaba respuesta a algunas dudas que le surgían de la conducta de su hija y también, todavía, de su lenguaje. Con los nuevos vídeos, pude hablarle de manera objetiva la evolución que veía de la pequeña. A principios del año, el lenguaje de la niña era muy ininteligible, no se le entendía demasiado, y sus enunciados eran de entre una y tres palabras/elementos, ayudándose mucho de gestos. Ahora a finales del año (concretamente unos diez meses de diferencia) la niña tenía mucha más intencionalidad, sus enunciados eran de cuatro o más palabras/elementos y se la veía mucho más activa en la comunicación. Sin duda era muy buena evolución.
Todavía le surgían dudas a la mamá y en esta tercera entrevista, esta vez sí por videollamada, pues yo ya me había mudado a mi ciudad natal, Barcelona.
Los pasos a seguir fueron que siguiera teniendo momentos de estar con su hija diarios para poder poner en práctica todas estas estrategias, potenciar los momentos de juego y de mirar cuentos.
Gran emoción
Durante el 2020 B me iba comentando cosas de vez en cuando, sabe que me tiene a disposición para cuando quiera. Vino la situación de pandemia y seguimos en contacto. Yo estuve haciendo algunas charlas online y B asistió a una y estaba muy interesada en otra pero que al final no pude impartir. Las familias que trabajan conmigo tienen descuento a todas mis charlas y un trato siempre especial.
Finalmente, las últimas noticias que he tenido de B fue una llamada una tarde hace pocos días en que me puso la piel de gallina de la emoción. Simplemente quería compartir conmigo la gran alegría que sintió cuando recibió el informe escolar de este fin de curso con una valoración tan buena. Ciertamente, pude leer el informe y se podía ver que la niña estaba evolucionando en todas las áreas del currículum. Destacaba que la maestra decía que estaba muy activa, muy sociable con los otros niños, interesada por los libros, por los números, por el juego, por las actividades de movimiento, etc.
No me queda nada más que dar las gracias a B y a su preciosa familia por haber confiado no tanto en mí, sino en ellos mismos, en ella como mamá y en la pequeña. Haber confiado que hay ritmos de adquisición distintos. Haber comprendido que la comunicación que nosotros dirigimos a nuestros hijos tiene un impacto en su desarrollo. Haber sido constantes y con una actitud tan positiva, buscando siempre lo mejor para la crianza de su hija.
Gracias familia, para mí también ha sido un gran aprendizaje y os llevo conmigo. De vuestra historia y experiencia puedo seguir construyendo mi camino para poder ayudar a otras familias. ¡Gracias!
Palabras que B dedicó a mi Método Natural de lenguaje y a mí
Tenemos una hija trilingüe la cual tenía dificultades para comunicarse y nosotros para entenderla. Después de un par de sesiones frustrantes con una terapeuta de la seguridad social aquí en Londres y varios meses buscando, una mami española me recomendó Estela.
Puedo decir que desde la primera sesión, ella marcó un antes y un después. Su profesionalidad, técnicas y sentido común hicieron lo que nunca creí que sería posible por esta familia. Siempre le voy a estar agradecida.