Este mes de agosto, estoy dedicando cada semana a una temática. La semana pasada te hablé de la importancia de las actividades cotidianas, también ahora si estás de vacaciones.
Pues en vacaciones, tienes lo mejor para favorecer el desarrollo del lenguaje de tu hijo/a: tiempo de calidad para estar con él/ella, prestarle atención, observarle, escucharle y… ¡jugar!
Hoy va de jugar y por qué es tan importante, para el desarrollo de tu hijo/a y, concretamente, del desarrollo de su lenguaje. Aquí tienes este artículo-recopilatorio de todas mis publicaciones de esta semana en Instagram y Facebook, semana que he dedicado a cómo usar los momentos de juego con tu hijo/a para acompañarle en el desarrollo del lenguaje.
Jugar para aprender a hablar
Jugando podemos conseguir que nuestros hijos/as pasen de no hablar a decir las primeras palabras, de las primeras palabras a las primeras frases, a mejorar su pronunciación y la construcción de sus frases, a hablar en una segunda lengua… Jugar con tu hijo/a forma parte de mi método natural de lenguaje.
El juego envuelve la vida de los niños: les permite representar papeles, probar de ser, hacer que son otro, imaginar… Los juegos que tienen que ver con actividades cotidianas como hacer que cocinamos, que ponemos la mesa, que vamos a comprar, son especialmente favorecedores para el proceso de aprendizaje del lenguaje porque las palabras que se usan son conocidas, tienen un contexto definido y se utilizan muy frecuentemente.
El juego es, para muchos especialistas en desarrollo infantil, probablemente una de las actividades más fundamentales a lo largo de la vida.
Jugar, experimentar, observar, disfrutar, todo son cosas imprescindibles para el desarrollo de nuestros pequeños. Si tenemos niños/as felices, tendremos niños/as aprendiendo, comunicándose y hablando.
El movimiento y el juego son actividades naturales y necesarias para el desarrollo de los niños/as. Para conocer el entorno, exploran el espacio, los objetos y las personas. El juego espontáneo surge naturalmente como expresión de su mundo interno. Es la ocupación más importante durante sus primeros ¡siete años!
Los niños/as juegan por el placer de jugar, no por un esfuerzo de mejorar sus habilidades motrices, practicar sonidos nuevos o comunicarse con los demás. Pero el estado de bienestar y concentración en que entran les permite mejorar sus habilidades motrices, practicar sonidos, comunicarse y socializar. Todo esto es la base para desarrollar el lenguaje.
¿Conocías todos los beneficios y la gran importancia de que tu niño/a juegue? Yo no me canso de decirlo. Dedico charlas a este tema, artículos, el capítulo 3 de mi guía para padres Ayudando a nuestros hijos a hablar de manera natural y forma parte de mi método natural de lenguaje. Escríbeme si deseas saber más sobre cómo sacar todo el partido a los momentos de juego con tu hijo/a.
¿A qué estás jugando estos días? Te leo.
Hablando sobre juegos de construcción, te dejo sus beneficios concretos: adquirir visión espacial, reconocer colores, tamaños y formas, adquirir conceptos como la simetría o la proporción, el equilibrio, la resistencia, desarrollar habilidades motrices y la coordinación mano-ojo, y respetar ciertas leyes físicas.
Impresionante como los juegos inocentes de los niños promueven su desarrollo global. ¡Debemos proporcionarles situaciones diarias de juego!
¿Le gustan a tu hijo/a los juegos de construcción? Te leo.
Juego espontáneo, simbólico, significativo
¿A qué jugamos hoy?
Un juego puede ser cualquier cosa, cualquier objeto con el que el niño/a juegue, se entretenga, su atención sea captada, le interese… puede también que no haya ningún objeto y haya juego.
El juego sirve para ir resolviendo de forma creativa hipótesis y conflictos, una manera de encontrar estrategias de autonomía, relación y funcionamiento.
El juego simbólico como tal empieza hacia los dos años, momento en que el lenguaje expresivo suele empezar a aparecer. Juego y lenguaje van de la mano.
Por ejemplo (en las imágenes), siguiendo su iniciativa, esperando lo que él iba proponiendo, pero observando, ofreciendo mi ayuda o apoyo cuando lo necesitaba, construimos una plaza (con la torre del reloj), un pequeño bosquecito y un gran parque, un párking y más. Empezamos solo sabiendo que queríamos hacer una plaza. Con distintos materiales que teníamos, maderas, piedras, ramas, cartas, piezas de otros juegos (vallas, señales), etc.
Haciendo un tipo de juego así es buenísimo para el desarrollo del niño y también para el lenguaje. Dejando que lleven ellos la iniciativa nosotros nos podemos adaptar a ellos y simplemente aportar, ofrecer ayuda, apoyo. En lo que se refiere al lenguaje, añadimos información y lenguaje, podemos hacer un habla paralela o modelado del lenguaje, hacer correcciones de manera implícita a los que ellos nos dicen.
Por ejemplo, M mezcla idiomas cuando habla, como buen trilingüe que es, y yo le puedo devolver el modelo correcto de lo que ha dicho. “La plaza tiene un clock”, y yo le digo, “Oh, la plaza tiene un reloj, una torre del reloj!”. Correcciones implícitas, ellos no se sienten en absoluto corregidos pero en cambio escuchan el modelo correcto.
Cuéntame con qué ves que tu hijo/a se entretiene muchísimo y con qué juego te reclama más tu presencia y atención.
Método Natural de lenguaje y juego
¿Por qué jugar es lo que receto en mi método natural de lenguaje?
Porque el método natural de lenguaje está basado en la manera como mamás y papás nos comunicamos naturalmente con nuestros hijos/as de manera no consciente. Las mamás y papás, cuando nuestros hijos/as no presentan ningún problema en el desarrollo del lenguaje, ponemos en práctica unas estrategias que son favorecedoras para que nuestros hijos/as hablen.
No hacemos actividades especiales, ni educativas, ni directivas, ni terapéuticas. Hacemos de mamás con nuestros hijos/as, estamos con ellos, les acompañamos y, en muchos casos, jugamos con ellos/as.
Estos momentos de juego tienen una estructura y unas características muy definidas en las que el lenguaje se repite cada vez. Y esto favorece la adquisición del lenguaje y que tu hijo/a pueda empezar a usar esas palabras.
Por eso, cuando nuestros hijos/as tienen dificultades en el lenguaje, usar los momentos de juego de manera consciente es muy beneficioso. Tanto por el hecho de jugar, que ya tiene grandes beneficios en el desarrollo, como porque podemos poner en práctica estrategias que favorecerán que nuestros hijo/a hable.
¿Juegas con tu hijo/a? ¿Cuál crees que es tu papel cuando juegas con él/ella? (observadora, animadora, maestra, directora…) Comenta, por favor, y compartimos experiencias.
¿Conoces todo lo que le permite el juego a tu hijo/a?
Te dejo el fragmento de un libro que fue muy importante para mí cuando por ahí el 2006 trabajaba en un centro de atención precoz y me especialicé en método natural de lenguaje:
“La situación de juego permite al niño a crear escenarios (escenas de la vida cotidiana, como comidas, despertar, acostarse, paseos…). Esto es la base para la creación de contextos lingüísticos: comentar los actos, dialogar con el adulto, contar acontecimientos vividos o imaginarios.
Jugando, el niño es el principal autor y actor de sus gestos, acciones, sentimientos, intereses, ideas y acontecimientos que puede evocar si lo desea en forma de relato”.
La hora de juego lingüística de Ana Mará Soprano, médica especialista en Neuropsicología del Desarrollo
¿Qué escenarios de la vida cotidiana recrea tu hijo/a cuando juega? Comenta e inspira a otras mamás.
¿Y cuáles son los materiales que más hacen que tu hijo/a hable?
Soprano recomienda en su libro dice que las láminas con imágenes donde pasan cosas y los juguetes son los mejores materiales para hacer que tu hijo/a hable. También dice que los niños pequeños hablan más con juguetes, alrededor de un juego, y que los más mayores prefieren láminas o cuentos.
¿Pero qué juguetes? Estos son los tres conjuntos de juguetes, según Soprano, que más potencial tienen para hacer que tu hijo/a hable:
- Muñequitos que representan los personajes de una familia (papá, mamá, hijo o hija, hermano/a, abuelo/a) y mobiliario básico (mesa, sillas, armario, camas, ropero…).
- Vajilla de cocina y alimentos: tazas, platos, cubiertos, verduras, frutas, alimentos…
- Animales (gato, perro, caballo…) y medios de transporte (coche, camión, tren, helicóptero…).
Cuando ponemos delante del niño/a estos juguetes (un grupo a la vez, no todos revueltos) esperamos cómo reacciona, esperamos su iniciativa. Si vemos que no inicia juego o conversación, proponemos algo: “Podríamos jugar a la familia. Mira, ¡mamá!”. O bien: “Mmm, es hora de comer. Me apetece una manzana, ¿y a ti?”.
¿Te ocurre que tu hijo/a no quiera jugar con lo que le propones? ¿Te cuesta centrar su atención en una actividad? Cuentánoslo.
Dos citas inspiradoras para terminar
“Científicos han determinado recientemente que se necesita aproximadamente 400 repeticiones para crear una nueva sinopsis en el cerebro. A no ser que se haga a través del juego, en cuyo caso se necesitan entre 10 y 20 repeticiones”.
Dr Karyn Purvis
El primer aprendizaje sólido es a través de la exploración sensorial y con el movimiento que el bebé hace a través del juego. Hasta los 3 años por lo menos deberíamos ofrecer diferentes tipos de materiales y elementos, a ser posible en la naturaleza y no mediante dibujos o pantallas. Porque para llegar al pensamiento abstracto se necesita haber podido jugar y experimentar con lo sentidos.
El juego provoca curiosidad y la experimentación genera placer. Esto libera dopamina que es una hormona que permite una atención sostenida sobre aquella actividad y que aparezcan soluciones a los problemas. Es así como se da el aprendizaje.
Y como dice la cita que te dejo: se necesitan muchas repeticiones para aprender algo (400) pero si se hace jugando, solo se necesitan de entre 10 y 20 repeticiones. ¡Impresionante!
“La neurobiología sabe que aprendizaje y juego van juntos en niños y niñas y estos no entienden que se separen. Frases como ‘se acabó jugar, ahora vamos a aprender los números’, para un niño no tienen ningún sentido”.
André Stern
Parece ser que para los niños/as la frase «¡se acabó el juego!» no tiene ningún sentido pues estudios de la neurobiología y el desarrollo infantil manifiestan que los niños/as tienen la disposición innata de jugar. Y que esta predisposición al juego supone un dispositivo que es ideal para el aprendizaje, pero es que además, no hay otra opción. Para los niños/as, hasta los siete años, el juego es su ocupación más importante.
¿Quieres saber a qué puedes jugar con tu hijo/a?
¿Qué estrategias favorecedoras de lenguaje puedes usar cuando estás en esos momentos de juego?
Escríbeme y te ayudo a maximizar los momentos de juego para favorecer el lenguaje de tu hijo/a.
Y responde cualquiera de las preguntas que te he ido dejando a lo largo del texto: es un buen ejercicio de reflexión para ti.
Artículos que he escrito sobre juegos y actividades que favorecen el desarrollo de lenguaje para distintas edades:
>> 6 a 18 meses: Juegos y materiales imprescindibles que favorecen el lenguaje de tu bebé de 6 meses a 1 año y medio
>> 18 – 36 meses (3 años): Juegos y materiales imprescindibles que favorecen el lenguaje de tu hijo/a de 18 a 36 meses
>> 3 – 5 años: Actividades para peques de 3 a 5 años que desarrollan el lenguaje y su aprendizaje de manera natural
¿Quieres saber cómo impulsar tú el lenguaje de tu peque tardando en hablar?
- Si todavía no me conoces mucho y mi mirada sobre el papel vital que la familia tenemos en el desarrollo del lenguaje de nuestros hijos, puedes acceder a mi selección de talleres gratuitos.
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- Si necesitas aclarar dudas, hablar conmigo para que yo te oriente, consúltame sin compromiso y vemos cómo os puedo ayudar con mi Método Natural de Lenguaje.